Kenny Lara

lunes, 1 de mayo de 2017

La Mazda CX-5 se resiste a los motores turbo

En un mercado donde cada vez más camionetas reciben motores turbo, la Mazda CX-5 2018 continúa apostando por motores atmosféricos. La gama está compuesta por las mismas opciones que la generación actual, un 2.0 litros y un 2.5 litros de la familia SKYACTIV-G. Mazda no ha anunciado sus especificaciones, pero seguramente aumentaron ligeramente su potencia y redujeron sensiblemente el consumo de combustible. Para el mercado europeo, ofrece también un motor de diésel de 2.2 litros.

Las novedades en el apartado mecánico, como podrás notar, no se encuentran directamente en lo que está bajo el cofre. Lo más importante lo lleva en sus entrañas. Para empezar, la rigidez torsional aumentó un 15.5%, con lo que se consiguen reacciones más ágiles. De igual manera, aumentó el diámetro de los pistones de los amortiguadores delanteros, para lograr un manejo más suave y filtrar mejor las irregularidades del camino.


La electrónica también está al servicio de la Mazda CX-5. Cuenta con el sistema G-Vectoring Control que conocimos hace unas semanas en el Mazda3. También ofrece el sistema de tracción integral predictivo i-ACTIV AWD, que previene que las llantas delanteras derrapen.

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